Los viajes de vuelta tienen ago especial, tu me lo dijiste aquella vez, cuando en el tren me mirabas disimuladamente reflejada en el cristal y sonreías al colocar los pies junto a los míos, como diciendo que estabas allí conmigo. Hoy vuelvo sola de mi pesadilla, vuelvo sola del olvido. Y junto al sonido de las vías se va escuchando otro chirrido, el de la libertad.
Tu sonido.
Tu sonido.

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