
-¿Cómo va a ser la razón de mi vida si muero por él?- Pensaba frente al espejo mientras miraba atentamente los ojos de su reflejo. Miró de nuevo increpante a su imagen. -Fue tu culpa-. Las lágrimas comenzaron a rodar, cada una era un recuerdo, cada una avivaba cada momento y el pasado se fue viniendo encima, como piedras de escayola sobre sus cimientos, la vida se le iba, con cada golpe nuevo.
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