Ojos de leña.
Y siempre seré capaz de recordar la música, y la melodía, y también el número que correspondía a lo que ahora es tuyo. Y seguiré escuchando mis canciones para no llorar cuando no encuentre tus letras en la base de mis días, y así llegará la noche, las gotas y los cristales empapados de este agua enamorada de mi tierra y entonces, sin duda alguna, vendrá a mi memoria que tu has sido y serás siempre la primera lluvia tras las estrellas. Mi alma de nubes, ojos de leña.
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