Existen dos universos, es una certeza. Contempla bien tus ojos y su injusta belleza. En cada lágrima que derraman crean vida, una galaxia pura que nace derretida.
Exploro esos mundos místicos, cuna de sirenas de estirpe angelical, pero una música bajo ellos me hechiza, me posee de forma ingenua. Oigo su melodía en tus palabras y deseo que tus labios me inviten a ese baile celestial, a esa danza que componen empapados con las coreografías de tu lengua... tu viciosa lengua.
Después... calma... silencio... dos ánimas desnudas. En tus oídos apenas un murmullo, un leve rumor que mi beso deposita tras tu oreja susurrando... "que maravilla". Acaricio con mi lengua tu cuerpo, vaciando primero tu ombligo colmado de orgullo, como una ola que con su tierna inquietud surca, por fin, una y otra vez la orilla.
Tus ojos parecen sobornarme de nuevo, con otra galaxia en una gota. Una pena que los misterios del tiempo supongan un desafío, pues sé que no hay universo alguno más dulce que tu boca, ni jugo tan sabroso como la esencia de tu cuerpo al roce con el mio.
Existen dos universos, es una certeza.
ResponderEliminarContempla bien tus ojos y su injusta belleza.
En cada lágrima que derraman crean vida,
una galaxia pura que nace derretida.
Exploro esos mundos místicos, cuna de sirenas de estirpe angelical,
pero una música bajo ellos me hechiza, me posee de forma ingenua.
Oigo su melodía en tus palabras y deseo que tus labios me inviten a ese baile celestial,
a esa danza que componen empapados con las coreografías de tu lengua... tu viciosa lengua.
Después... calma... silencio... dos ánimas desnudas. En tus oídos apenas un murmullo,
un leve rumor que mi beso deposita tras tu oreja susurrando... "que maravilla".
Acaricio con mi lengua tu cuerpo, vaciando primero tu ombligo colmado de orgullo,
como una ola que con su tierna inquietud surca, por fin, una y otra vez la orilla.
Tus ojos parecen sobornarme de nuevo, con otra galaxia en una gota.
Una pena que los misterios del tiempo supongan un desafío,
pues sé que no hay universo alguno más dulce que tu boca,
ni jugo tan sabroso como la esencia de tu cuerpo al roce con el mio.