Te quiero. Te quiero como se quiere a un hermano, como se
quiere a un padre, a un amigo, o al amor de tu vida. Te quiero cada vez que te
siento lejano. Cada vez que suspiro y en mi anhelo de ti se cuela el tiempo
para dejarme sola y cansada. Te quiero cerca y a mi lado. Para poder mirarte a
los ojos cuando la vida no sea suficiente motivo para seguir en pie, y me
caiga, y no te encuentre al levantarme. Respiro porque no puedo verte si paro.
Camino porque no volveré a rozarte si abandono. Y entonces se detiene el mundo
en un destello lejano, allí donde el sol alumbra y el tiempo quema las
voluntades de quedarse. Porque debemos irnos a donde siempre nos vamos. A donde
se pierde la piel y el comienza el frío.
A donde van las almas a olvidarse.
A donde van las almas a olvidarse.
Siempre me gusta. ¿Cómo no va a gustarme esta oda al amor? Él nos quema y enloquece y como un torbellino nos eleva hasta lo sublime y nos arrastra hasta abrasarnos. Nos aturde, nos ciega, nos invade y nos enseña que es una poderosa razón de la existencia. Sí, de la propia y de la que a través de nosotros llega. DE TI, por ejemplo......................................T.K.I.
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