viernes, 2 de enero de 2015

Te quiero. Te quiero como se quiere a un hermano, como se quiere a un padre, a un amigo, o al amor de tu vida. Te quiero cada vez que te siento lejano. Cada vez que suspiro y en mi anhelo de ti se cuela el tiempo para dejarme sola y cansada. Te quiero cerca y a mi lado. Para poder mirarte a los ojos cuando la vida no sea suficiente motivo para seguir en pie, y me caiga, y no te encuentre al levantarme. Respiro porque no puedo verte si paro. Camino porque no volveré a rozarte si abandono. Y entonces se detiene el mundo en un destello lejano, allí donde el sol alumbra y el tiempo quema las voluntades de quedarse. Porque debemos irnos a donde siempre nos vamos. A donde se pierde la piel y el comienza el frío.
A donde van las almas a olvidarse.