miércoles, 26 de septiembre de 2012

Enix

La luna solo llegaba a iluminar una parte del claro en el que habían instalado el campamento, el fuego ya se había extinguido hacía horas y solo quedaban las ascuas que de vez en cuando relucían en la piel clara de ambos chicos, ambos medio dormidos, abrazados, esperando a que les sorprendiera la mañana. 

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