jueves, 1 de diciembre de 2011

La muerte.

Átame las manos, pero deja que mis ojos desnuden cada rincón de tu alma, cada fibra de tu cuerpo, cada atisbo de perfección en tu camino hacia mis labios, hacia mis besos, que son el fin de tu vida. Permíteme sentir cada caricia tuya hurgando en mis recuerdos mientras temblabas con las mías, cada palabra que me acercó más a éste mundo, déjame seguir llevando tu tiempo a mi ausencia del mismo. Permíteme continuar matándote, porque mi mirada te arranca pedacitos de existencia que me dan la vida, déjame tomar más de tí y ámame, por que soy la esencia de la tuya.

3 comentarios:

  1. Como siempre, precioso. Sigue echándole corazón a tus relatos.

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  2. La vida está llena de momentos buenos. Son los momentos malos los que te hacen sentirte agradecido por haber tenido alguien con quien compartirlos.

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  3. ----MAL TIEMPO----
    El mundo que yo quería ya no me quiere, pues dejé caer mi corazón y nadie lo reclamó.
    Ahora me repugna mi alma podrida, carente de aquello que un día fuí y prisionera en lo que me convertí gracias a ti.
    Tantos años sacrificados para ver nacer un sueño, una vida que creció y te apropiaste gramo a gramo.
    Tres meses, una semana y cinco días, en ese tiempo perdí la vida... en mala hora te conocí.

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