Fotografía de Emil Zawieja
Caigo dormida de nuevo, los ojos se cierran y no puedo mantener la consciencia más tiempo, dejo que el sonido me envuelva por completo, dejo que se filtre por cada uno de los poros de mi piel y me arrulle. Violín, cuéntame tu historia, cuéntame cómo haces la música mientras duermo, acompáñame al limbo entre la vigilia y el sueño, sé mi amante en la calma del descanso casi eterno, sé mi vida en el lecho de muerte efímera, sé casi completo con mi respiración liviana en el reposo tardío.
Dejo que mis latidos cesen una vez más, permito que entre la paz en mi cuerpo maldito, que la sangre se detenga y regresen a mis recuerdos personas a las que solo yo recuerdo, sus caras se clavan en mis ojos ya rendidos a la noche, y caigo en el silencio que solo la culpa urde en las entrañas, pero se que volveré de nuevo, en algún día gris, triste y frío cómo este, en que solo el violín permita que mi vida fluya y despierte cómo tantas otras veces , algún día cómo éste, algún doce de Enero.
domingo, 10 de julio de 2011
sábado, 2 de julio de 2011
Poe
"Escucha, hijo mio, dijo el demonio poniendo su mano sobre mi cabeza..."
Edgar Allan Poe, Silencio.
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